42 horas fue el tiempo que pasé sin descansar, comencé tempranito un jueves, último día de trabajo allá, varias diligencias pendientes, despedirme de mi familia, amigos y hacer maleta. Total que terminé todo a eso de las 12:30 casi 1 am y no pude dormir por nervios, tristeza y un par de sentimientos más, entre ellos el hecho de nuevamente despedirme de la poquita gente que me queda allá.
A las 3:35 am salgo al aeropuerto, todo marcha bien cuando de repente pasa lo que todo venezolano teme a la hora de verse en la obligación de viajar de noche/madrugada por las vías de nuestro país. A eso de las 4:05 am, el carro en el que iba presentó una falla y se apagó, literal murió en medio de la nada dentro de la Autopista Regional del Centro. Todo totalmente oscuro, sin un solo funcionario vial y con dos barrios al rededor, tomamos la decisión entre miedo y adrenalina de empujar el carro casi 12 km por que sabíamos que a esa distancia estaba un peaje (toll) que de seguro tendría algo de iluminación, otros conductores y “funcionarios”. Se que te debes estar preguntando por qué empujamos? “Esta gente si es loca” y es que, llamaos a emergencias, marcando el famoso 911 y nos tomo 3 llamadas para que atendieran, nos atienden y la persona nos ofrece dos números telefónicos de asistencia vial y por supuesto adivinen que? NINGUNO SERVÍA!!!
Mientras empujábamos el carro por tantos kilómetros, tuve la suerte de poder despertar a mi hermano en medio de su prooooofundo sueño con un par de llamadas y pedirle que agarrara el auto de la casa y saliera inmediatamente a donde estábamos nosotros ya que no solo corríamos riesgos en medio de la autopista si no que también tenía un vuelo que abordar. Todo esto teniendo en cuenta que estaba poniéndolo en riesgo a el también pero es que no tuve más opción y familia es familia.
El (mi hermano) llega unos 20 minutos luego de nosotros haber llegado al peaje luego de ese maratónica sesión de ejercicios cómo fue empujar ese auto. Hacemos transbordo de equipaje, me monto en el auto y salimos vía al aeropuerto con la suerte de que aún quedaba un poco de tiempo para llegar y efectivamente así fue, pude alcanzar abordar y viajar entre un shock emocional de haber pasado lo que pasé.
Al llegar a mi destino, me tocó correr para hacer unas diligencias pendientes e importantes que debía resolver si o si ya que 4 horas más tarde me tocaba salir de viaje (por carretera) para cubrir un contrato de @nuovafilms a 8 horas de la ciudad (nuevamente sin descansar). El viaje fue eterno aunque con una buena compañía ya que me tocaba documentar la experiencia una gran amiga, la cual participaría en un foro o plataforma (@ted) bastante importante.
Esta foto fue tomada el día siguiente, luego de pasar 42 horas sin descansar y justo cuando agarré la cámara y comencé a grabar fue que pude comprobar que cuando haces lo que te gusta, no importan las trabas, piedras en el camino, malas experiencias, etc etc, siempre, siempre, va a ser una vía de escape.
PD: es triste vivir esas situaciones en un país que nos vio crecer, que nos formó, que nos dio tanto y estoy 100% consciente de que fue un leve inconveniente ante tantas cosas que suceden diariamente en todo el territorio nacional. Gracias a dios todo salió bien, cómo dijo mi amigo, “salimos baratos”.
@dicejesus
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